-La taza de té eres tú, es tu mente distraída de lo esencial... |
El maestro y su discípulo, concertaron pasar la tarde juntos para compartir el té, mientras el discípulo se aprovechó de la oportunidad para invadir el momento con todas las preguntas e inquietudes que le asaltaban a la cabeza…
El discípulo: ¿Puedes decirme maestro, porqué algunos humanos mueren a los pocos días de nacer, por qué algunos malvados son prósperos, mientras la mayoría de los justos y santos viven en la precariedad, por qué hay tanta maldad en la tierra y sobreabundan las enfermedades y los hombres se matan por conquistar y dominar a su prójimo para esclavizarlos, hay verdadera justicia divina y así sin parar cada vez habían y aparecían más interrogantes y dudas, por qué, por qué por qué?
El maestro hacía silencio y sonreía apaciblemente y sin levantar su cabeza, tomó la tetera y comenzó a servirle el té a su discípulo, pero cada vez echaba más y más y no paraba hasta que ambos vieron cómo se derramaba el té y corría por toda la mesa… El discípulo al ver esto, le interpeló al maestro que parara, pues el té llegaba al suelo.
El maestro le respondió lo siguiente:
-La taza de té eres tú, es tu mente distraída de lo esencial, el té son tus pensamientos que como torbellinos inútiles se desbordan y no te dejan en paz.
-Debes vaciar la taza de todo contenido vano para llegar a la paz y perfecta sabiduría, si algo te altera, descontrola y te produce inquietud de corazón es falso, es apariencia, es ilusión, pero solo tú le das cabida al contenido que ocupa la taza. Mantén la mente y los pensamientos bajo control, pues actúan como verdaderos tiranos e intrusos, pero en realidad son humos.
Roly Polanco Santana
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